jueves, 26 de noviembre de 2015

ENFERMEDADES Y CONSTELACIONES FAMILIARES

¿Cómo pueden mejorar la salud las Constelaciones Familiares?
En las Constelaciones Familiares trabajamos con el inconsciente. El inconsciente es la parte de la persona dónde se encuentra toda su historia. Su historia personal y la historia de su sistema familiar de origen.
El inconsciente es el mar del que fluye el caudal de la fuerza vital del paciente.
A través del inconsciente llegamos a la raíz del bloqueo. Podemos contemplar la causa por la que se ha producido en la persona éste tipo de enfermedad determinada, y llegamos al origen través de los síntomas, que son el lenguaje que cuenta la historia de la enfermedad.
Al ir liberando las causas de la enfermedad a través delas herramientas que nos brindan tanto las Constelaciones Familiares, como otras técnicas procedentes de terapias mencionadas anteriormente, la Fuerza Vital se libera y comienza a integrarse correctamente en el paciente. Éste comienza a notar el incremento energético, así como la mejoría de sus síntomas.
Para que una enfermedad se manifieste en el plano físico, tiene que estar años gestándose en el inconsciente. Por eso, el tratamiento de una enfermedad con constelaciones familiares va a llevar un tiempo, que dependerá de la cantidad de cargas que se encuentren el inconsciente de la persona.
Hay que tener en cuenta que el inconsciente del paciente está formado por dos partes: el inconsciente familiar o colectivo, y el inconsciente personal del individuo.
Así como la Fuerza Vital de los ancestros es heredada por los descendientes, el inconsciente personal de cada individuo se ve condicionado por el legado del inconsciente colectivo, constituido por los hechos tanto positivos como negativos que hayan vivido los ancestros de la persona, que se ve influenciada y condicionada por la educación, caracteres, sucesos… etc., que vivieron sus antecesores.
Por eso en una constelación, es imposible trabajar todas las causas que han conformado el terreno constitucional patológico de la persona, siendo necesario atender los diferentes aspectos, las diferentes identificaciones, que existen en el inconsciente familiar, y que han favorecido la aparición de la enfermedad.
Esto no supone un problema, ya que la persona siempre se siente motivada a continuar, al ir notando con cada constelación cambios y mejorías en su proceso.

¿Es posible curarse con constelaciones familiares?

En algunos casos, hemos podido contemplar sanaciones que entrarían dentro de fenómenos milagrosos, al no poder ser explicados por la ciencia. Para nosotros no es un milagro, es la llegada de la coherencia entre la mente y el corazón, del equilibrio y silencio de la mente y las emociones, que se manifiesta en el cuerpo físico. Para nosotros la sanación es posible, sea la enfermedad que sea.
Y así como hemos contemplado muchas sanaciones que nos llenan de alegría, en el menor de los casos también hemos podido presenciar como otras personas no lo han conseguido. No queremos generar falsas expectativas.
La enfermedad es una carga muy pesada para la persona que la padece, y es el resultado de las cargas y luchas del paciente con su vida, con aspectos de sí mismo que no le gustan y no acepta.
En el momento en que comienza a trabajarse con constelaciones familiares, se van liberando los nudos de la fuerza vital que se encuentra atrapada en el inconsciente. Es entonces cuando la persona empieza a manifestar la mejoría de los síntomas de la enfermedad, y de sus actitudes ante la vida. Comienza a sentir su sanación, que llega de forma natural, sin tener que hacer ningún tipo de ejercicio tedioso para lograrlo.
Todas aquellas personas que tienen una enfermedad física, están manifestando un desequilibrio interno de lo más profundo de su ser. Si tienen la fuerza para sobrellevar la enfermedad, también tienen la fuerza necesaria para sanarse, porque todo lo que sucede tiene solución, sólo hay que saber llegar a ella.

Las Constelaciones familiares, despliegan todas las posibilidades de sanación de la persona, para que sea ella misma, con la fuerza de su corazón, con el apoyo de sus ancestros, la que comience a dar los pasos necesarios por la vereda de la verdadera sanación: el camino del alma.